No, la presencia de profesores ajenos a ese proceso selectivo sucede también con los profesores de religión, materia que debería estar -de una vez- fuera de nuestras aulas y que ningún partido -ni siquiera de izquierdas- se atreve a afrontar con valentía y sentido común. Mientras alguien cae en la cuenta de que las aulas públicas no pueden ser lugares de catequización (para ello ya tienen las iglesias y, cómo no, los colegios concertados, también financiados -qué curioso- con dinero público...
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