Acepto que estoy endeudado hasta las cejas. Acepto que no voy a poder pagar mi deuda con el ICO. Acepto que la única solución que me darán es refinanciar mi deuda con otro préstamo, cuyos intereses serán mucho más elevados. Acepto que tampoco podré pagar dicha deuda. Acepto que pasará el tiempo se duplicará con unas maravillosas tasas judiciales. Acepto que, si tengo suerte, soy el futuro propietario de una nómina embargada. Acepto que mi futuro es negro...
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