Cómo es posible que ante un contexto de crisis, muy negro para una gran mayoría de familias, un político se atreva a ser sarcástico con esa triste realidad, que asista a un Congreso como aquel que queda en un Club Social para pasar el rato con sus amigos o para "tirarse los trastos", como un niño lo hace en el colegio cuando tiene una riña con un compañero (has sido tu. No tu más. No, tu más más. Rebota y explota. Pues 1000 veces infinito tu más...). ¡Qué profesionalidad!. ¡Qué madurez!. ¡Que ejemplo!... ¡Qué vergüenza!.
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