Un sábado del pasado mes, el servicio de urgencias del hospital Francesc de Borja de Gandia contabilizó más de 300 atenciones. Sólo cinco facultativos atendían el servicio. Las esperas llegaron a una media de siete horas. El hospital recibió una veintena de quejas y reclamaciones de pacientes. Una circunstancia, dice el secretario de UGT, que se repite año tras año: "Los refuerzos son insuficientes, y el problema se agrava porque no se encuentran sustitutos". A ello se suma la precariedad de las dotaciones e infraestructuras del servicio.
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