La sospechosa pasividad mostrada por el Gobierno de la Nación ante el proceso de desmantelamiento de IBERIA, gestado alevosa y premeditadamente desde hace tres años, cuando se fusionó con BRITISH AIRWAYS en el Grupo IAG, invita a profundizar en los motivos de dejación de nuestros responsables políticos en su obligación de defender y proteger los intereses españoles por encima de cualquier otra consideración.
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