Es el momento de vencer el miedo y aceptar la realidad: los bancos no van a corregir sus excesos. Ni los políticos no los reguladores están por la labor. Así que lo más sensato es retirar tu dinero de aquellos bancos cuya gestión no apruebas y llevártelos a otro sitio con el que te sientas más de acuerdo: banca ética, cooperativa de crédito, etc. El artículo está escrito desde la óptica del Reino Unido, pero no es difícil trazar similitudes con la situación española actual.