La idea es simple: un mecanismo que convierta el giro de las manivelas de las ventanillas en un movimiento lineal arriba-abajo, y que luego se pueda reemplazar por un motor. Algo fácil al alcance de quien conozca los principios mecánicos. Pero la forma exacta de hacerlo tiene su truco ingenieril, especialmente si hay que tener en cuenta problemas como que la ventanilla no se baje sola o asegurarse de que un ladrón no pueda bajarla forzándola.
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