Ian Fleming trató de librarse de James Bond. Era su novena novela y quería escribir algo distinto. Así que en La espía que me amó relegó al agente 007 a un papel secundario. Fue un error. Aprovechando el estreno de Skyfall -que llega a España el próximo miércoles-, The Guardian recuerda el episodio que enseñó a Fleming que jamás podría escapar de su personaje.
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