Según parece, el jugador recibió un balonazo durante el partido. En ese momento, un jugador del equipo contrario notificó al árbitro que Aaron llevaba un piercing en sus genitales, por lo que decidió parar el juego y comprobar si lo que le han dicho es cierto. Ni corto ni perezoso, entró con el jugador a los vestuarios y tras comprobar que había piercing, lo expulsó de inmediato ante la incredulidad de espectadores y compañeros. No os perdáis el VIDEO.
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