La producción agrícola no caerá a mínimos como los que produjeron la tragedia de la década de 1990, en la que diferentes fuentes estiman que murieron por inanición de 600.000 a un millón de personas. El peligro está en que se detenga el envío de la ayuda humanitaria de la que dependen millones de norcoreanos. De momento, Estados Unidos ha anunciado la suspensión de varios envíos. Su intención es clara: tratar de que la nueva cúpula del poder reanude las negociaciones para su desnuclearización
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