A fisiológico, la fatiga crónica se relaciona con un aumento de sustancias proinflamatorias en el organismo por una activación exagerada de nuestro sistema defensivo. La fatiga crónica ya se conoce desde hace años. Es detectado cuando dura más de seis meses (incluso años) y no mejora con el reposo. Aparte del cansancio, suele acompañarse de síntomas como la niebla mental, el malestar posterior a la realización de un esfuerzo, dolores de cabeza, musculares o articulares y un bajo estado de ánimo.
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