El templo fue construido por Ramsés II para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh. Está dedicado al culto del propio Ramsés y de Amón, Ra y Ptah. Estos tres dioses tenían sus capitales y a lo largo de la Historia del Antiguo Egipto fueron muy venerados. Con el paso del tiempo el templo, abandonado, comenzó a llenarse de arena. Cerca del siglo VI a. C., la arena cubría las estatuas del templo principal hasta la altura de sus rodillas. Abu Simbel quedó olvidado hasta que en 1813 Johann Ludwig Burckhardt lo visitó.
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