El fútbol es un zoo de cristal. Un microcosmos que se desarrolla sobre un tapete de hierba verde. Durante 90 minutos, y en un espacio de 110 metros de largo por 75 de ancho, se representa un drama contemporáneo en el que se gana, se pierde o se empata, en un carrusel de emociones donde se mezclan la alegría, la ira, la admiración y la tristeza. En plena crisis, la asistencia a los estadios crece en medio millón de entradas ¿Por qué el deporte rey escapa de la depresión?
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