De hecho, es el único que no lo ha hecho junto a otro compañero del PP. Él asegura que se trata de un despiste sin mayor importancia, pero lo cierto es que el mecanismo desmonta su propio argumento porque cada vez que un europarlamentario presenta su declaración de intereses, acto seguido se le pregunta si quiere o no quiere que esta declaración se haga pública. Es decir, despiste ninguno. Simplemente que Galeote debió responder no.
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