Hace 410 millones Galicia no existía como tal. El basamento de roca que daría lugar a su creación estaba repartido en los dos grandes continentes que en la época formaban parte de la tierra: Laurasia, en el norte, y Gondwana, en el sur. Y, en el medio, el océano Reico. Todo este espacio se fundió luego en un único macrocontinente: Pangea. Y en este gigantesco puzle que logró ensamblarse, Galicia es una de las piezas claves para estudiar la formación del supercontinente y, por extensión, la historia geológica de la Tierra.
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