En el año 1872, ya como trabajador del Museo Británico, Smith estudiaba unas tablillas cuando se topó con algo del todo inesperado. Descubrió una trama literaria que lo atrapó irremediablemente: La Epopeya de Gilgamesh, la primera obra literaria conocida de la Humanidad. Era una versión sumeria del Diluvio Universal Bíblico, todo coincidia: un barco en la cima de una montaña rodeada de agua, una paloma que era enviada en busca de tierra y siempre regresaba al barco al no encontrarla..., el mismo mito
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