Con el PSOE totalmente hundido en la miseria, en el PP se confiaron. Pensaron: “joder, es que hemos incumplido todas nuestras promesas, estamos aplicando una asquerosa agenda ultraderechista con la excusa de la crisis, estamos ofreciendo un maravilloso menú político compuesto por ineficacia, chulería, integrismo, absoluta falta de empatía con los ciudadanos y el ya característico afán por medrar… ¡Y, aun así, tenemos un sólido 32% de los votos con el que ganaríamos las elecciones de calle gracias a que el PSOE no sólo no se recupera...