Los crímenes en las series televisivas se resuelven de un plumazo. La mayoría, en menos de 40 minutos. El problema viene cuando Grissom y compañía, aparte de cazar a psicópatas, se entrometen en el trabajo de abogados, fiscales y jueces en la vida real. El reportaje muestra como las series de ficción han acabado contagiando a los juicios de la vida real.
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