Por mucho empeño que le pusieran los vecinos de esta pedanía jerezana en 1986, a día de hoy Guadalcacín sigue siendo del Caudillo. Han pasado 27 años desde que la junta vecinal de esta entidad local autónoma decidiera retirar tan infame epónimo, y 25 desde que la Junta de Andalucía, supuestamente, hiciera la decisión formalmente efectiva. Muchos más desde que el gran colono visitara su conquista. Pero el alma del dictador sigue presente en la casilla de destinatario entre la correspondencia de muchos guadalcacileños.
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