Kieber, un empleado de banca, robó los datos de 5.828 defraudadores que ocultaban su dinero en el paraíso fiscal de Liechtenstein y los vendió a distintos países. Alemania le pagó cinco millones de euros, en Internet pagan siete millones a quien acabe con su vida.Trece países se han beneficiado de los datos sustraídos por Heinrich Kieber, un trabajador de LGT, el banco más importante de Liechtenstein, que un buen día decidió sustraer una cinta que contenía información sober 3.929 sociedades de fideicomiso y fundaciones tapadera de todo el mundo
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