Es una lástima que los políticos y responsables económicos de principios del siglo XX que planificaron buen criterio y visión de futuro la unión España-Francia a través de Canfranc-Olorón, no estén ya aquí para actuar con cordura y sentido de responsabilidad político, económico y sostenible. La crisis y el fin del despilfarro van a forzar a los actuales mandatarios a corregir el yerro y activar de nuevo la reapertura. No hacerlo seria un monumento al despilfarro logístico y económico. Al igual que lo es la actual gestión y explotación.
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