Puede parecer increíble que una persona voluntariamente estableciera que su última voluntad era ser abandonada en un desierto para ser devorado por los buitres, sin embargo este fue el deseo de un donante anónimo, cuyo arrojo permitió a los investigadores conocer la forma en que estas lúgubres aves consumen a una persona. Los científicos forenses requieren saber cómo el estado de un cuerpo es afectado por los animales, a fin de reconstituir mejor las condiciones de su muerte y si pudieron haber otras personas involucradas.
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