Suelo decir que la casa no necesita reformas, sino que se está quemando en un voraz incendio: pensiones, sanidad, becas, tasas, ratios, dependencia, aborto, represión policial…. Es difícil darse cuenta de ello si cada vez tu nariz se topa con el confortable árbol de una casa con luz, calefacción y electrodomésticos que parecen eximir de ver el bosque. Pero la casa se quema, está en pleno incendio.
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