«Esta situación tiene que revertir y para ello tiene que haber una escuela más exigente y más interesante y un mercado social que defienda con uñas y dientes a los jóvenes para evitar que se vayan y trabajar al unísono en ambos sentidos», agregó. García Garrido declaró que hay que dejar de lado la demagogia de la escolarización y fomentar lo mejor de cada estudiante, «no se trata de café para todos —agregó— sino de ser selectivo, de poner a cada uno en su sitio, de llegar a las metas mejores para cada uno y que cada uno ocupe su lugar».
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