La Iglesia católica tiene en sus manos desde hace generaciones dos de los símbolos más importantes de Córdoba: La mezquita y Cajasur. Y al clero cordobés se le está escurriendo entre los dedos su caja. A regañadientes, los sacerdotes han tenido que aceptar la fusión con Unicaja, que, en la práctica, es una absorción. Están resignados. "Para la Iglesia es un matrimonio no deseado... Pero si no hubiera fusión ahora estaría intervenida por el Banco de España".
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