Habría que remontarse a los tiempos del código de Hammurabi para recordar un ensañamiento judicial comparable al que están sufriendo honradísimos dirigentes del PP, que si por algo se han distinguido no es por el lujo de sus escobillas del váter, como las del palacete de Jaume Matas, o por romper el cálculo de probabilidades, tal que Fabra y su apasionado romance con la bruja de Sort, sino por su amor a España y a los españoles.
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