Iker Jiménez no es cojo, porque se le pilla pronto. Es un tipo listo. Todos los mentirosos lo son. La mentira es un arte que merece un hueco en el MoMA. Ya lo decía Picasso. Y también Oscar Wilde, quien escribió aquel ensayo sobre La decadencia de la mentira. Wilde vería a Iker Jiménez todos los domingos, porque es el tipo de mentiroso que a él le gustaba.
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