Hay una leyenda urbana en internet que asegura que el botón de cierre de puertas de algunos ascensores es sólo un placebo creado para tranquilizarnos con la falsa idea de que todo está bajo control, bajo nuestro control. Según esta teoría, las puertas de los ascensores se cierran solas, sin importar que pulsemos ese botón, que sólo está ahí para que creamos que la máquina obedece y así Frankenstein no aterrorice; que el botón es como el chaleco salvavidas de los aviones (¿no sería mejor un paracaídas?)
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