La cadena se rompe por donde suele, por el sitio más débil. La Junta de Andalucía se retrasa en el abono de un servicio a la empresa privada. Esta firma dice que no puede mantener el pago de sus nóminas. Los trabajadores, hartos de esperar, deciden iniciar una huelga que suspende temporalmente el servicio. Los perjudicados son los usuarios, los ciudadanos, los receptores finales. Aunque la mecánica es tradicional, resulta llamativo que esos afectados sean escolares de entre 3 y 12 años de 50 centros educativos de la provincia de Cádiz.
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