En el Reino Unido, diversos sellos musicales y cinematográficos se han unido en una coalición para solicitar precisamente eso, arguyendo -como siempre- que más del 50% del tráfico web de las islas está copado por las descargas desde los programas de pares y que tal circunstancia diezma las arcas de los artistas y hace que se pierdan puestos de trabajo.
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