Un hospital deporta a Wladyslaw Haniszewsk, víctima de un ictus tras haber vivido 30 años en los EE UU. Para mandar a alguien a casa el hospital necesita el consentimiento del paciente, su familia o un tribunal pero las deportaciones (más de 800 desdde 2006 contando los intentos según The Center for Social Justice at Seton Hall Law School y New York Lawyers for the Public Interest) a menudo se llevan a cabo sin consentimiento o conocimiento del tribunal.
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