Según testigos presenciales, el individuo, que responde a las iniciales de F.G.N, llegó a la sede del Ministerio en el centro de Madrid y se puso a dar gritos pidiendo “libertad” y “más ancho de banda gratis para descargas”. Cuando un vigilante jurado salió a pedirle que no gritara, se roció con dos litros de gasolina que llevaba en una botella y se quemó a lo bonzo. Envuelto en llamas, se puso a dar vueltas a la plaza pidiendo la dimisión de la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.
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