La frialdad con que Josef Fritzl planeó el secuestro y la vida de su hija Elizabeth causa cada día más perplejidad. Ayer trascendió que este ingeniero técnico electricista jubilado había previsto que su hija recuperara la libertad en caso de que él muriera.Pero si el descubrimiento de la colocación de un temporizador en la puerta del zulo sorprendió a todo el mundo, mayor fue la sorpresa de los inspectores que siguen el caso cuando este jubilado de 73 años confesó haber imitado la voz de su hija por teléfono
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