Recientemente, se ha presentado el proyecto de reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en el que el ministro de la cosa ha incluido una disposición que ha dado poco que hablar, pero que tiene un extraordinario calado. Ni más ni menos que adecuar la situación de la judicatura a la realidad social y laboral de nuestros días: crear una nueva categoría de jueces completamente dependientes, con una espada de Damocles sobre su togada cabeza, y todo ello por el sueldo de un becario.
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