Hace 142 años, también un 29 de marzo, el Imperio Ruso cometió el peor negocio de su historia: vendió un territorio de 1,518,800 km² en el que tan sólo 20 años después se descubrirían toneladas y toneladas de oro, y varios años después petróleo en cantidades. El territorio en cuestión era Alaska y fue vendido en 1867 a Estados Unidos por 7,2 millones de dólares, el equivalente a lo que hoy serían 104 millones. Rusia venía colonizando Alaska desde 1799, pero con establecimientos endebles, para la época de la venta sólo había unos 700 colonos.
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