Una historia de casualidades, solidaridad y amistad verdadera entre pueblos. Un ejemplo que rompe con todos los tópicos que se han instalado en una sociedad acostumbrada a fruncir el ceño cada vez que escucha la palabra rumano. Tres jóvenes llegaron a Pola de Siero un buen día de 1999 en busca de un futuro mejor. Diez años después, han formado una familia en Asturias, se han ganado el respeto y la admiración de la gente y están dispuestos a jubilarse en la tierra que les acogió con tanta hospitalidad.
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