En los principios la medicina en Roma tuvo un desarrollo esencialmente religioso. Confiando a los enfermos a ensalmos y a la protección de múltiples dioses. En el Quirinal había un templo a Dea Salus, la deidad que reinaba sobre todas las otras relacionadas con las enfermedades, como Febris, la diosa de la fiebre, Uterina, que cuidaba de la ginecología, Lucina, encargada de los partos, Fessonia, señora de la debilidad y de la astenia, etc.
|
etiquetas: historia , roma , medicina