Todos nos hemos preguntado en alguna ocasión cómo encabezar o despedir un correo electrónico. Esto, que en el caso de un amigo apenas ha de preocuparnos, puede suponer un serio problema cuando se trata de una relación formal. ¿Qué ponemos en el llamado asunto o título del correo? ¿Cómo nos presentamos? ¿Cómo nos despedimos? Si nuestro interlocutor es un amigo íntimo, una metedura de pata no ha de resultar grave. Pero ese mismo desliz puede tener consecuencias importantes en el terreno profesional, como por ejemplo la pérdida de un cliente.
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