Los bosques españoles empiezan a controlarse con una precisión de centímetros gracias a una tecnología de radar aérea, que permite distinguir y contabilizar uno a uno los árboles de un bosque. La precisión de la herramienta permite no sólo una gestión correcta de la masa forestal, sino cubicar la madera y conocer con exactitud el dióxido de carbono (CO2) que retiene y que retendrá la biomasa que crece en nuestros montes. Visto en:
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