Su negocio se asienta sobre un artículo que hace años era visto como vandálico (aún hoy lo es en según qué sectores de la sociedad). Tanto es así que cuando le comentó a su jefe la posibilidad de lanzarlo, éste le replicó que eso era una moda, cosa de cuatro gamberros. Ni qué decir tiene que no podía contar con la financiación de los bancos para hacer crecer su idea.
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