En 2005, Tanya Vlach, de parentesco no demostrado con el príncipe Vlad, perdió un ojo en un accidente de coche y desde entonces lleva la prótesis que aquí veis. Aunque le parece un “excelente sustituto estético”, Tanya está “interesada en capitalizar los actuales avances de la tecnología para mejorar la capacidad de su prótesis con realidad aumentada”. Pero como no tiene la pasta requerida para hacer su sueño realidad, lo que necesita es que unos cuantos manitas le echen una mano “casera”. Via y traducción: gizmodo (
tinyurl.com/5jujtd)