Lo tenían todo: alojamiento Web, cuentas de correo, acceso a Internet, artículos de actualidad, ocio y cultura, Chat, monográficos. Y en sus diferentes propuestas derrochaban lo mismo: una imagen joven, vital, moderna... De aquello sólo queda el recuerdo. Hoy aquellos portales que nacieron con vocación de ser grandes, sólo son un puñado de cadáveres electrónicos. El sueño de las puntocom, reconvertido en polvorienta lata de tomate frito descansando en la estantería del olvido.
|
etiquetas: portal , internet