En esencia viene a decir que el éxito escolar de los niños chinos no tiene mucho misterio. Esos niños trabajan y lo hacen, en buena medida, porque sus padres se empeñan en que lo hagan. “Lo que los padres chinos comprenden es que nada es divertido hasta que no eres bueno en ello. Y para ser bueno tienes que trabajar, y los chicos por su cuenta nunca quieren trabajar, y por ello es crucial pasar por encima de sus preferencias.”
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