En un tiempo en que la magia negra era relativamente común, fueron echadas dos maldiciones con serpientes incluidas, una dirigida a un senador y la otra a un veterinario, según una investigadora española que acaba de descifrar estas maldiciones de hace 1.600 años. Una de las maldiciones va dirigida a un senador romano llamado Fistus y, al parecer, es el único ejemplo conocido de una maldición a un senador. La otra se dirige a un veterinario llamado Porcellus. Irónicamente, Porcellus es la palabra latina para cerdo.
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