En una reunión reciente con la secretaria general de Agricultura y Alimentación, Greenpeace pidió los informes que sirven de argumento a estas afirmaciones. El 61 % de la población europea rechaza los transgénicos. El maíz insecticida de Monsanto, MON810, produce una toxina desde el primer momento en que la semilla germina, por lo contrario en los cultivos convencionales solo se hacen fumigaciones si se detecta la plaga. Países como Alemania, Austria, Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría y Luxemburgo han prohibido el cultivo del maíz transgénico.
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