El comportamiento de El País perjudica enormemente a la democracia española, que necesita (para alcanzar el nivel de democracia que España merece) tener unos medios con unos estándares de rigor y objetividad que hoy no existen en su cobertura de la realidad venezolana. Se me dirá, con razón, que tal comportamiento no es único de El País. Y ello es cierto. La cobertura de aquélla realidad por parte de los mayores medios de información españoles es extremadamente manipuladora y propagandística en su misión.
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