Soy un jubilado de 68 años y he cotizado a la Seguridad Social durante 48. En este tiempo he conseguido ahorrar, con mucho esfuerzo, un pequeño capital que en estos momentos me es de gran ayuda para subsistir. Mi esposa, más joven que yo, trabaja como profesora en centros que ejercen educación especial a jóvenes que por sus características problemáticas no pueden continuar sus estudios en centros normales de enseñanza.