Por fin se empieza a aclarar oficialmente uno de los misterios que para la opinión pública venía albergando la banca española. En vez de invertir, la banca española buscó financiamiento en el exterior para seguir alimentando su propia burbuja. No necesitó comprar las famosas hipotecas basura estadounidenses, porque se dedicó a generar y producir las suyas propias.
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