Toda la Tierra aguardaba a que el pequeño agujero negro la arrastrara hasta su fin (..) a todas luces iba a acercarse lo suficiente como para crear una marea de destrucción total. Toda la Tierra hizo testamento, y la gente lloró, los unos en los hombros de los otros, diciéndose «Adiós, adiós, adiós». Los maridos dijeron adiós a sus mujeres, los hermanos dijeron adiós a sus hermanas, los padres dijeron adiós a sus hijos, los amos dijeron adiós a sus a sus animalitos de compañía, y los amantes se susurraron adiós al oído. Isaac Asimov.
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