Estaban atrapados. Habían tenido un conflicto con la dueña de la casa porque no querían darle un recibo y la mujer, supuestamente, decidió dejarlos encerrados. Así que buscaron una terraza para pedir auxilio. Una patrulla que pasaba por allí fue su salvación. «Policía, nos han secuestrado», gritaban desde el balcón.
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